La uvita de mar es un árbol resistente que se adapta a las condiciones costeras, con hojas grandes y redondas que le dan un aspecto tropical. Sus frutos, que crecen en racimos, cambian de color a medida que maduran, pasando del verde al rojo y luego al morado oscuro. Es en este punto cuando alcanzan su máximo sabor y dulzura, listos para ser disfrutados.
Este fruto no solo es delicioso, sino que también es nutritivo. La uvita de mar es rica en vitamina C, antioxidantes y fibra, aportando beneficios para nuestra salud. Además, su sabor agridulce la convierte en un ingrediente versátil en la cocina local. Se puede consumir fresca, en jugos, mermeladas, postres y hasta en ensaladas. La uvita de mar es un tesoro natural que nos brinda la costa de María Chiquita. Su sabor único y sus propiedades nutritivas la convierten en un fruto apreciado por locales y visitantes. Además, su presencia es un recordatorio de la riqueza y diversidad de la flora costera, un tesoro que debemos proteger.
"En las cálidas costas de María Chiquita, un fruto peculiar y delicioso se mece entre la brisa marina y el sol radiante: la uvita de mar (Coccoloba uvifera). Este árbol, que crece a orillas del mar, nos regala unos frutos pequeños y redondos, de sabor agridulce y ligeramente salado, que nos recuerdan la esencia misma del océano."
El Autor
La uvita de mar es mucho más que un fruto delicioso. Este árbol, que puede crecer hasta 15 metros de altura, tiene un papel importante en la protección de las costas. Sus raíces fuertes y extensas ayudan a estabilizar las dunas y prevenir la erosión, protegiendo así las playas de la fuerza del mar. Además, sus hojas grandes y redondas proporcionan sombra y refugio a diversas especies de animales. Este árbol ha sido utilizado por comunidades costeras durante siglos. Los indígenas utilizaban sus hojas y corteza con fines medicinales, y sus frutos eran una importante fuente de alimento. Hoy en día, la uvita de mar sigue siendo apreciada por sus múltiples usos. Su madera, aunque no muy duradera, se utiliza para construir herramientas y cercas. Sus hojas se emplean en la elaboración de infusiones para tratar diversas dolencias. Y por supuesto, sus frutos siguen siendo un ingrediente básico en la gastronomía local. La uvita de mar es un árbol dioico, lo que significa que hay árboles masculinos y femeninos. Solo los árboles femeninos producen frutos, y necesitan la presencia de árboles masculinos para la polinización. La floración ocurre durante todo el año, pero es más abundante en primavera y verano. Los frutos maduran unos meses después, y su cosecha se realiza de forma manual. La uvita de mar es una especie resistente que requiere pocos cuidados. Se adapta bien a suelos arenosos y salinos, y tolera la sequía y el viento. Sin embargo, es sensible a las heladas y no tolera temperaturas por debajo de 0°C. Su propagación se realiza por semillas, estacas o acodos. La uvita de mar es un tesoro natural que nos brinda múltiples beneficios. Su belleza, su delicioso sabor, sus propiedades medicinales y su papel en la protección de las costas la convierten en un árbol valioso que debemos proteger y conservar.