Este erizo se distingue por sus espinas excepcionalmente largas y negras, que pueden alcanzar hasta 30 centímetros de longitud. Estas espinas no solo le confieren un aspecto imponente, sino que también le sirven como defensa contra depredadores. Diadema antillarum es un herbívoro incansable que juega un papel crucial en la salud de los arrecifes de coral. Se alimenta principalmente de algas, evitando que estas crezcan en exceso y sofoquen a los corales. De esta manera, contribuye a mantener la diversidad y el equilibrio del ecosistema arrecifal.
En María Chiquita, es común encontrar a estos erizos en profundidades de 1 a 10 metros, refugiándose en grietas y hendiduras de los arrecifes durante el día. Al caer la noche, emergen de sus escondites para alimentarse, recorriendo distancias de hasta un metro alrededor de su refugio. Son animales sensibles a la luz, por lo que prefieren las zonas sombreadas. La presencia de Diadema antillarum en María Chiquita es un indicador de la buena salud del ecosistema marino. Sin embargo, esta especie es vulnerable a la contaminación, la sobrepesca y las enfermedades. Es fundamental proteger a este guardián de los arrecifes para asegurar la salud y la belleza de las costas panameñas.
"En las aguas cristalinas de María Chiquita, provincia de Colón, Panamá, habita un erizo de mar de singular belleza y vital importancia para el ecosistema: el Diadema antillarum, también conocido como erizo de lima, erizo negro o erizo de mar de espinas largas."
El Autor
"En las aguas de María Chiquita, el erizo Diadema antillarum no es solo una maravilla visual con sus largas espinas, sino un auténtico héroe de los arrecifes. Como un jardinero incansable, recorta el exceso de algas, permitiendo que los corales respiren y que la vida marina prospere. Su sensibilidad a la luz lo convierte en un bailarín nocturno, emergiendo de las sombras para su festín de algas bajo la luz de la luna. Sin embargo, este delicado equilibrio se ve amenazado por la contaminación y la destrucción de su hogar. Proteger a Diadema antillarum es proteger la magia de nuestros arrecifes, un tesoro que debemos cuidar para las futuras generaciones."